Mañana me lo cuentas

Dicen que si naces para martillo, del cielo te caen los clavos, y no dicen que si naces para clavo, del cielo te caen los martillos; los martillos al caer, duelen como martillazos cuando te dan. A mí me parece una simple variante de otro dicho más serio -siempre algo es más serio si Dios está implicado en ello- que dice que si nunca te ha apetecido volar, Dios te dará alas, y que si no te gustan las patatas, éstas jamás te van a faltar; Y que si quieres más arroz, Catalina.
La alusión a los clavos y al martillo, a Dios con sus cargamentos de patatas y de alas, y al fabuloso arroz con cosas de Catalina, debería servirnos para medir nuestra enorme capacidad para la queja o el lamento, un talento este poco reconocido pese a que nunca dejamos pasar una oportunidad de emplearlo. Nos quejamos siempre, y nos quejamos de todo; nos quejamos de que haga calor o de que haga frío, nos quejamos si enfermamos, nos quejamos del trabajo y nos quejamos cuando no lo tenemos... Nos quejamos de que, teniendo tantas ganas de volar como teníamos, Dios nunca nos dio alas, pero sí se las dio, en cambio, a aquellos que no las soñaban.
No me lamentaré yo, de no saber quién fue el genio que escribió aquellas sabias palabras en una pared; era algo así como: "Si la vida es un chiste, el mañana es un chiste que no nos han contado todavía." El colofón podría ser una pertinente moraleja, y es que en la vida, hay que procurar que no sea tu médico quien te cuente el último chiste.
Colección: Los micro relatos acústicos.
Primera Publicación: Año 2023.
Nota: Foto de Pixabay: https://www.pexels.com/es-es/foto/martillo-de-garra-negro-sobre-plancha-de-madera-marron-209235/