Golpe y contragolpe

Si puede decirse que existen los golpes de suerte, entonces habrá que admitir que también deben existir los contragolpes, sobre todo por aquello de que no hay acción sin reacción; Y dado que la física ha sido capaz de suponer la existencia de una determinada partícula, y después ha sido capaz de hallarla, nosotros podemos suponer que puede hallarse el contragolpe (de suerte).
El golpe de suerte lo tuvo Indalecio, Inda para los amigos, y para la Guardia Civil, aunque estos últimos no son tan amigos. Inda afirmó una y otra vez que aquel día no se hallaba en el campo buscando tesoros, y que solo por casualidad mientras perseguía a un conejo, se topó con la base de unas rocas puesta al descubierto por las recientes lluvias; Que en la base de dichas rocas había una grieta, por donde introdujo el brazo por simple curiosidad, ¡y bingo! Salieron unas antiguas monedas de plata y oro. Un verdadero golpe de suerte.
El contragolpe lo descubrió el sargento de la Benemérita, cuando el cabo que se ocupa de las redes le informó: Había un tipo que pretendía vender por internet un puñado de monedas antiguas. La materialización física del contragolpe fue más fácil debido a las viejas fórmulas, como ocurre con la física cuántica. Se hicieron pasar por compradores, lo citaron, y como era un contragolpe (de suerte, no lo olvidemos) el tipo acudió con las monedas en la mochila, y lo detuvieron allí mismo.
La existencia del contragolpe podía pues darse por probada.